Tras haber sido seleccionada por la FIFA, la candidatura conjunta España-Marruecos-Portugal tendrá que cumplir los requisitos. El organismo rector del fútbol mundial comenzará a supervisar todos los aspectos de la propuesta en los tres países a partir de 2024. A finales de año, la FIFA publicará un informe vinculante sobre la idoneidad y establecerá una hoja de ruta.

12/30/2023. A seis años de la Copa del Mundo de 2030, la candidatura conjunta de España, Marruecos y Portugal avanza a paso firme. Sin embargo, desde que la FIFA decidió el 4 de octubre que el proyecto sería el único candidato para la competición, se ha impuesto tareas a cumplir. La lista de tareas es extensa y exhaustiva, abarcando aspectos deportivos, económicos, estructurales, medioambientales y logísticos. Entre ellas, la idoneidad de las instalaciones deportivas para acoger los partidos y, sobre todo, su capacidad para acoger todo lo que las rodea: alojamiento, zonas de entrenamiento, transporte, asistencia y restauración.

España, Portugal y Marruecos firmaron el acuerdo de licitación el 30 de noviembre. Al hacerlo, se comprometieron a cumplir con las reglas y el marco de la FIFA para organizar la fase final de una Copa del Mundo en 2030 y recibieron la aprobación final de la FIFA el 4 de octubre. Esto transformó sus aspiraciones en compromisos de cumplir estrictamente con los requisitos para albergar un evento de este tipo.

Desde entonces, las tres partes han estado trabajando juntas en un plan de trabajo y una hoja de ruta. La primera versión de este se presentará en julio. Sin embargo, los detalles finales no se presentarán a la FIFA hasta finales de 2024.

Esta Copa del Mundo es única, no solo porque se llevará a cabo en tres países al mismo tiempo, sino también por la decisión de la FIFA de involucrar a los otros candidatos, Uruguay, Paraguay y Argentina. Esta decisión hace que la competencia sea aún más inédita. Los tres países sudamericanos serán anfitriones de un partido, lo que aumenta la complejidad de la infraestructura y la logística. Será la primera vez que una Copa del Mundo se celebre en dos continentes y en tres países, seis, de hecho. El partido inaugural se jugará en Uruguay.

Esto es para conmemorar el centenario de la primera Copa del Mundo en 1930, que fue ganada por Uruguay. Argentina y Paraguay también jugarán sus partidos inaugurales en sus respectivos países. Esto crea un fuerte vínculo transoceánico dentro de la oferta. Los requisitos de la FIFA deben cumplirse en América del Sur, Europa y África, tres continentes interconectados. Por su complejidad y desafíos geográficos, esta edición es sin duda una de las más ambiciosas.

Una vez finalizado el proceso de selección, la fase más difícil será cumplir con los estándares y requisitos requeridos y finalizar las sedes, donde las exigencias a las instalaciones deportivas son muy altas. Todo esto será revisado por la FIFA en 2024, un año crucial. La FIFA se ha dado hasta finales de este año para dar el visto bueno o para subsanar cualquier deficiencia.

Ha llegado el momento de ultimar los presupuestos, de entender las finanzas de cada país y de determinar qué instalaciones necesitan mejoras o renovaciones importantes. Una cuestión clave a resolver en 2024 es el número de sedes, con un mínimo de 14 requeridas para la competición.

Es posible que no sea necesaria más construcción, pero es posible que las instalaciones existentes deban actualizarse a los estándares. La información sobre los estadios es amplia y la FIFA analizará la capacidad de asientos, los campos, los alrededores y los interiores, incluida la accesibilidad y la ubicación en relación con las ciudades, ya que el transporte y la circulación de los equipos serán esenciales.

En 2024, se presentará un informe a la FIFA, si es necesario, en el que se detallarán las mejoras que se deben realizar y los fondos disponibles para cumplir con los estándares. Aunque la FIFA estará al tanto de esto con antelación, cada estadio o instalación deportiva también tendrá que informar sobre sus actividades habituales.

El estado, las características y el entorno del recinto también serán un factor importante para determinar si estará listo para la primera fase del torneo o si contará con las instalaciones necesarias para las fases posteriores.

Tan importante como las sedes en sí es lo que las rodea: la capacidad de los hoteles y la capacidad de los equipos para entrenar en un entorno adecuado durante la Copa del Mundo. Habrá un número mínimo de hoteles en las sedes. También habrá instalaciones paralelas para los equipos. Cada hotel debe tener una instalación deportiva asociada para el entrenamiento. A cada equipo se le asignará un hotel y un campo de entrenamiento con suficiente antelación para que puedan organizar su trabajo. Lo mismo se aplica a los árbitros, a quienes también se les asignará alojamiento e instalaciones de entrenamiento.

En 2024 se ultimarán las sedes, el alojamiento y las instalaciones de entrenamiento, en una fecha que determinará la FIFA. Por último, la Candidatura 2030 pretende ser un ejemplo de sostenibilidad, igualdad y defensa de los derechos humanos. Los informes recogidos por la FIFA para la organización de un evento de este tipo van más allá de las sedes.

Incluyen un estudio social de la vida en cada lugar, los hábitos de sus ciudadanos y la forma en que se vive el fútbol en cada lugar, con especial atención al comportamiento de los aficionados y los hábitos de salud ambiental en cada zona. También se tendrá en cuenta el impacto potencial del evento en el clima en términos de construcción, instalaciones y movimiento de masas.

España, Marruecos y Portugal tendrán que facilitar información sobre sus compromisos públicos explícitos con la sostenibilidad, los derechos humanos, las compras sostenibles y la acción por el clima para certificar que la competición se organizará bajo los requisitos de sostenibilidad de la FIFA.